El papel satinado con el que hicimos una estampación también resultaba artístico, a pesar de que al secarse se caen muchos trozos de pintura. Entonces, para aprovecharlo, decidimos hacer un cuadro con el papel. Lo pegamos en una hoja más grande y los niños decoraron el borde a modo de marco. Resultado: ¡un cuadro precioso para su habitación!. ¡Aquí no se tira nada!...
Efectivamente, es una buena idea, no se tira nada y quedan unos cuadros muy graciosos para sus habitaciones. Así se aprende.
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